El cambio de siglo: Los primeros años del siglo XXI.

El cambio de siglo estuvo marcado por una profunda crisis política social y económica. El presidente Fernando de la Rúa asumió el 10 de diciembre de 1999 a partir de una alianza política entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (FREPASO) denominada “Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación”. A pesar del nombre, los problemas políticos y financieros alejaron la posibilidad de llevar a cabo el programa educativo propuesto antes de las elecciones.


Juan José Llach fue el primer Ministro de Educación que designó Fernando de la Rúa, uno de los cinco economistas que estaban a cargo de un ministerio en un gabinete de once carteras. Renunció diez meses después, tras el fracaso del proyecto: el Pacto Federal. Este era un proyecto de ley que elaboraron los Ministros de Economía y de Justicia, José Luis Machinea y Ricardo Gil Lavedra, respectivamente, que preveía un recorte de unos 350 millones de pesos anuales del gasto público de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de todo el país. 
En una entrevista realizada por la periodista Mariana Liceaga al ex Ministro, cuando le preguntó cuál fue su objetivo al asumir, él respondió : “Apostar a la educación básica, en lo curricular y en lo social, dando prioridad a las escuelas más necesitadas. Era necesario un nuevo contrato docente basado en formación, capacitación, logros y mejor remuneración, también había que fortalecer la evaluación e integrar la tecnología”. 
El 31 de diciembre de 1999 se logró el levantamiento de la Carpa Blanca, esta había sido una de las protestas más extensas de la década de los 90 en Argentina, llevada a cabo por los sectores docentes, quienes reclamaban un aumento en los fondos económicos destinados a la educación, a través de la sanción de una Ley de Financiamiento Educativo y la derogación de la Ley Federal. La carpa fue instalada frente al Congreso Nacional en 1997 y levantada en 1999. 
“Es un día para festejar”, destacó en ese momento el ministro de Educación, un rato antes que la Federación de Trabajadores de la Educación (CTERA) levantara la Carpa Blanca. Llach consideró, de todos modos, que el fin de la protesta era “un punto de partida” para trabajar con los maestros en la mejora de la enseñanza, porque quedaba mucho por hacer y adelantó una medida que implementó en los días siguientes: la prórroga por dos años de la aplicación de la Ley Federal Educativa. Sin embargo, no se lograron concretar políticas o reformas que tuvieran impacto en las escuelas.


Durante el 2001, la crisis llegó a un punto insostenible, cuando el 29 de noviembre los grandes inversionistas comenzaron a retirar sus depósitos monetarios de los bancos y en consecuencia, el sistema bancario colapsó por la fuga de capitales y la decisión del FMI (Fondo Monetario Internacional) de negarse a refinanciar la deuda y conceder un rescate. A comienzos de diciembre el FMI decidió interrumpir el flujo de fondos hacia Argentina, momento para el cual la fuga de capitales era incontrolable, ascendiendo a 81.800 millones de dólares desde el inicio de la crisis. 
El 2 de diciembre, el Ministro de Economía Domingo Cavallo anunció por cadena nacional una medida que fue conocida como "corralito", imponiendo la bancarización forzosa de la economía, mediante la prohibición de extraer dinero en efectivo de los bancos en sumas superiores a 250 pesos o dólares por semana. Esta medida afectó principalmente a las personas con ingresos informales, entre ellos los trabajadores no registrados por las empresas que en ese momento alcanzaba el 44,8%, cifra que casi duplicaba la de 1994, cuando llegaba a 28,4%. 
La noche del 19 de diciembre el presidente De la Rúa habló por televisión en cadena nacional para anunciar que había impuesto por decreto el estado de sitio, suspendiendo las garantías constitucionales. La Constitución Nacional establece que la declaración del estado de sitio es una función exclusiva del Congreso de la Nación cuando se encuentra en período de sesiones. Inmediatamente después de terminado el anuncio del estado de sitio, millones de personas en todo el país empezaron a hacer sonar cacerolas desde sus casas y muchas salieron a las calles dando inicio a lo que se conoció como "el cacerolazo". Un gran grupo se concentró frente a la Casa Rosada exigiendo la renuncia del presidente De la Rúa, comenzando a corear una consigna que caracterizaría al movimiento: "¡Qué se vayan todos!".


El 20 de diciembre, Fernando De la Rúa renunció, luego que fracasaran sus intentos políticos de salvar al gobierno. El contenido en su carta de renuncia era el siguiente: 
20 de diciembre del 2001. 
Al señor presidente provisional del honorable senado, ingeniero Ramón Puerta: 
Me dirijo a usted para presentar mi renuncia como Presidente de la Nación. Mi mensaje de hoy para asegurar la gobernabilidad y construir un Gobierno de unidad fue rechazado por líderes parlamentarios. 
Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República. Pido por eso al honorable Congreso que tenga a bien aceptarla. 
Lo saludo con mi más alta consideración y estima y pido a Dios por la ventura de mi Patria. 
Fernando de la Rúa. 
Esta crisis estructural, además de afectar a toda la población argentina, irrumpió en las escuelas, atravesando a docentes y alumnos, al afectar fuertemente la situación de muchas familias azotadas por el desempleo, la precarización laboral y la amenaza de la exclusión social. El impacto social de la crisis fue descomunal, eso afecto la educación y deterioro las condiciones de aprendizajes de muchísimos chicos y jóvenes en todo el país. 

A través de este video del Canal Encuentro, podrán apreciar cómo vivió la sociedad argentina esta lamentable crisis.


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