Los '80: Presidencia de Alfonsín, Segundo Congreso Pedagógico y principales cambios en materia educativa.

El 10 de diciembre de 1983 el doctor Raúl Ricardo Alfonsín resultó electo presidente de la Nación Argentina y con él comenzaron los primeros cambios en la política educativa desde el retorno de la democracia. Su lema de campaña fue: “Con la democracia se come, se cura y se educa”.
Una de las primeras medidas llevadas a cabo por el flamante mandatario, tuvo lugar el 30 de Julio de 1984, al firmar el decreto N° 2.308 por el cual se creó la Comisión Nacional de Alfabetización Funcional y Educación Permanente (CONAFEP) en el ámbito del Ministerio de Educación a cargo de Carlos Alconada Aramburú. En ese mismo Decreto, y gracias a los resultados del Censo Nacional de Población de 1980 donde se visibilizó que en el territorio nacional existía un elevado número de analfabetos, se exigía poner en marcha un programa para significar el problema y viabilizar su solución. El Plan Nacional de Alfabetización lanzado por el nuevo gobierno, se constituyó en el núcleo principal de un proyecto integral de educación para adultos, en el que se focalizaba la participación responsable del hombre argentino en la vida cívica con el fin de cimentar las instituciones democráticas. Los temas que se pretendieron enseñar fueron denominados “contenidos democráticos” y a través de ellos se trató de entrar en contacto con las necesidades y demandas populares, transmitiendo asimismo ideas, conceptos, valores y normas de conducta. El 3 de agosto de ese mismo año, la materia “Formación Moral y Cívica” se sustituyó por “Educación Cívica”, intentando abordar de este modo la cultura democrática participativa, dialógica e interdisciplinaria dentro del aula.


Una fecha relevante de este período fue el 30 de septiembre de 1984, cuando se sancionó la Ley 23.114, en la que se convocaba a un Segundo Congreso Pedagógico, esperando que diversos sectores de la sociedad civil contaran con un lugar específico para discutir y delimitar iniciativas que mejorasen y modernizasen el sistema educativo argentino. Uno de sus principales objetivos fue plantear, estudiar y dilucidar los numerosos problemas, dificultades, limitaciones y defectos que enfrentaba la educación. Además, se buscaba recoger y valorar las opiniones de las personas y sectores interesados en el ordenamiento educativo y su desenvolvimiento.
El Segundo Congreso Pedagógico Nacional duro más de 2 años, en donde maestros y estudiantes no tuvieron un papel activo en contraste con las expectativas iniciales, sino que estuvo dominado por una fuerte carga ideológica y política a partir de los diversos bloques dirigentes que allí participaron. El valor del Congreso Pedagógico se encuentra en haber incluido el tema educativo en la agenda, integrada por cuestiones que los miembros de una sociedad juzgan como merecedoras de atención pública. Muchas propuestas se dieron a conocer en el marco del mismo y si bien no fueron implementadas en ese momento, años más tarde se incorporaron a la Ley Federal de Educación.
Algunas de las exposiciones que se realizaron durante el desarrollo del Congreso y que quedaron plasmadas en su informe final, permitieron identificar con claridad varios problemas y las estrategias para resolverlos:
ü El planteo del exceso de centralización presente en la educación argentina permitió identificar la necesidad de regionalizar y descentralizar.
ü La constatación de fuertes desigualdades en el acceso y la permanencia en el sistema educativo permitió consensuar la necesidad de extender la obligatoriedad (que antes llegaba al séptimo y último grado del nivel primario) al último año del jardín de infantes, y a los tres primeros años del nivel medio.
ü El diagnóstico de la disociación entre el sistema educativo y las necesidades productivas obligó a repensar las salidas laborales, en especial luego del tercer año de escolaridad media, ahora propuesto como último año de escolaridad obligatoria.


Un cambio singular se dio el 29 de octubre de 1984. Por iniciativa del ministro Carlos Alconada Aramburú, el ingreso a las universidades dejó de ser “irrestricto” para ser un “ingreso directo”, reivindicando la lucha estudiantil por esta conquista. El ingreso directo no se trataba solo de un pase sin condiciones, sino que además se buscaba generar oportunidades masivas de aprendizaje, lo cual requería diversificar las propuestas, salir de las carreras tradicionales y fortalecer los terciarios. Además, se reincorporó a los docentes cesanteados por la dictadura generando así instancias de mayor participación para educadores y estudiantes.
Por último, el 23 de marzo del año 1987 se creó el Instituto Nacional de Perfeccionamiento y Actualización Docente (INPAD). Entre sus objetivos se destacó la regionalización de las acciones de capacitación, tendientes a mejorar la calidad de la educación en todo el país. Este Instituto fue una iniciativa de la Secretaria de Educación que se propuso estimular y potenciar los esfuerzos tendientes al perfeccionamiento de los docentes, concebidos como agentes sociales cuya intervención fue relevante en la calidad de la oferta pedagógica.
Si bien estos cambios fueron el origen de políticas educativas más complejas, es fundamental conocer cómo este proceso comenzó a ocupar un lugar importante en una sociedad que acababa de dejar atrás una dictadura militar y cómo esas mismas políticas fueron variando de acuerdo a cada contexto social y a cada gobierno argentino. No debemos olvidar que la educación que conocemos hoy en día es el resultado de dichas políticas llevadas a cabo a través de los años.

Agustina Andrada - https://educandoendemocracia.blogspot.com.ar/


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